Pido perdón por haber nacido aquí
Por: Félix Corona
Lic. Comunicación Social
Curso
Estudios, Instituto Superior de Formación Docente
Regularmente en las primeras
horas de la mañana, igual que miles de dominicanos encendemos el televisor para
mirar las noticias. Los lunes, los noticieros suelen estar muy cargados de
informaciones. Las noticias más relevantes se suceden una a la otra y llega el
momento en que uno comienza a perder la sensibilidad ante sucesos
verdaderamente horrendos.
La mañana de hoy no fue una
excepción, lo que si hubo diferente, y que me ha hecho reflexionar el resto del
día, fue el rostro de una joven de piel morena, con hermosa cabellera,
quizás causa del desrizado. Mientras era
entrevistada por Edith Febles, un fuerte aguacero servía de fondo, detrás el
verde de los cañaverales. Las mejillas de María José estaban inundadas. No era
la lluvia que rodaba por sus pómulos morenos, sino sus lágrimas a causa de un
futuro incierto.
María José, siempre se creyó dominicana, había terminado su
bachillerato y tenía la ilusión de ingresar a la universidad para estudiar
magisterio y proyectar su familia adelante. Su mundo entre cañaverales, la
escuela y los viajes a la ciudad se le fueron al precipicio. A pesar de que su
padre entró legalmente a la República Dominicana, hace ya más de 42 años y de
que ella nació en nuestro territorio, hoy, un grupo de magistrados que tampoco tienen
su origen muy claro, le niegan la nacionalidad dominicana.
Los Hermanos de María José no
han podido viajar hacia Los Estados Unidos donde han sido admitidos para
estudiar debido a sus altos índices académicos…porqué? La Junta Central
Electoral les canceló sus documentos. Estos jóvenes ni se pueden ir del país
porque no tienen pasaporte ni cédula, tampoco se pueden quedar porque no son
dominicanos. No conocen ll país con el que están vinculados a través de sus
ancestros, ni poseen documentos que les avale como haitianos.
La historia de María José, es
la misma de miles de hombres y mujeres que el único país que conocen es la
República Dominicana, el himno nacional que saben cantar es el de “Quisqueyanos
Valientes”.
Hoy ha sido un día muy triste
para mi, las lágrimas que bajo la lluvia desparramara María José me han
contagiado. Me ataca la taquicardia desde que la escuché pedir perdón porque su
padre vino a este país, además pidió perdón por haber nacido aquí, al tiempo que
sus lágrimas parecían brotar desde los
más profundo del alma.
Su dolor quebrantó mi corazón
desentrañando lágrimas en mis propios ojos. Su imagen implorando perdón se ha
grabado en mi ser; el rostro triste de esa linda morena que es tan dominicana como
yo. Algunos de mis familiares y las de todos los dominicanos, en algún momento
vinieron o les trajeron a esta isla. ¿cómo nos van a decir ahora que somos
extranjeros?
Les invito a
leer la historia de José Francisco Peña Gómez, un descendiente haitiano que
corrió para la Presidencia de la República Dominicana y ganó la primera vuelta.
(1994)
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